A pesar de las medidas tomadas a principio de año para evitar el impacto, la crisis por el desplome de los precios internacionales del crudo golpea a la industria petrolera argentina.
Durante la primera mitad del año, la actividad en los yacimientos de crudo y gas en Argentina han sufrido una notable desaceleración.
Según informó el sitio El Inversor Online, en el semestre que pasó se han desafectado diez equipos de perforación que hasta diciembre del 2014 funcionaban con normalidad. A fines del séptimo mes del año, operaban 119 unidades de drilling operativas, mientras que a fines del año pasado había 128 equipos activos.
A fines del año pasado, el gobierno argentino anunció un acuerdo con las compañías del sector petrolero en el que se comprometía a sostener el precio interno del crudo ante la caída de los precios internacionales. Para mantener esta medida, las petroleras debían mantener los niveles de inversión y producción a los que se habían comprometido antes del estallido de la crisis.
De esta manera, el Gobierno fijó el valor del crudo Medanito (Neuquén) en 77 dólares el barril y en 63 el de Escalante (Chubut). Además, en el mes de febrero se acordó un incentivo de hasta 6 dólares por barril exportado, “no queremos que ni un solo equipo de perforación de los que tenemos salga de la actividad”, remarcaba en ese entonces el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Estas medidas permitieron que el impacto de la caída de los precios del crudo no afectara tanto a la actividad en el país, en medio de fuertes recortes de gastos y de personal que las petroleras aplicaron en otras partes del mundo. Sin embargo, está comenzando a tener un efecto.