Venezuela es el noveno productor de petróleo del mundo, México (10º), Brasil (12º), Colombia (20º), Argentina (26º) y Ecuador (30º) completan una lista de países donde el crudo tiene peso relevante, según dados de la Agencia Internacional de la Energía (IEA).
La baja sostenida del precio del petróleo, ya por debajo de los u$s70 el barril, tendrá variado impacto sobre las cuentas externas de algunos países y en otros casos, un problema fiscal que podría acarrear recortes de gasto público o (lo más probable) subidas de impuestos.
Venezuela, Colombia, México y Ecuador son exportadores netos de crudo. Brasil y Argentina no tienen una relevancia significativa porque su consumo interno es importante; ambos países trabajan en la búsqueda de inversores para desarrollar sus explotaciones petroleras.
Francisco J. Monaldi es profesor titular del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y profesor de la Harvard Kennedy School, y considera que Venezuela será el país mas afectado en materia fiscal, porque ya tenía altos déficits presupuestarios con el petróleo en precios máximos; "el 96% de sus exportaciones son petroleras y más del 60% de los ingresos del Estado dependen del crudo” dice el experto.
México también será un país que sufrirá consecuencias fiscales, ya que un tercio de sus ingresos depende de las exportaciones de petróleo. La reforma petrolera que el actual gobierno ha impulsado para atraer inversiones, puede verse afectada ante un escenario de menor rentabilidad, aunque para el economista Luis Oliveros (@luisoliveros13), profesor de postgrado de Economía Petrolera en la Universidad Metropolitana de Caracas, México “cuenta con instrumentos de cobertura para hacer frente a los efectos adversos de la bajada de los precios”.
La caída del petróleo es una llamada de atención para estos países, que deberán ajustar sus modelos económicos para conseguir una mayor diversificación productiva”, asegura Germán Alarco Tosoni, profesor de la Escuela de Posgrado de la Universidad del Pacífico, en Perú, según publica la Universidad de Pennsylvania.
Para Brasil y Argentina, aunque son productores de petróleo, el principal riesgo está en sus necesidades de inversión. Los gobiernos de ambos países han puesto en marcha programas y leyes que pretenden estimular el desarrollo del shalle oil, en el caso argentino, y de las plataformas marinas, en el caso de Brasil.
Oliveros cree que “en Brasil podrían verse afectados los proyectos más alejados de la costa, los cuales tienen unos costos marginales de producción elevados”. Respecto de Argentina, cree que “al ser importador neto de crudo, la bajada del precio representará un ahorro".
En el caso de Colombia, la moneda de ese país experimentó en estos años una importante apreciación ante el dólar. Una caída de los ingresos por exportaciones de crudo podría presionar sobre el peso colombiano. Para el economista venezolano, "la economía colombiana luce sólida y tal vez esa presión en la tasa de cambio podría generar un repunte en las exportaciones no petroleras".
En el caso de Ecuador, que integra la OPEP pero tiene escasa relevancia en el mercado internacional, la baja del precio del petróleo tendrá escaso impacto. El propio presidente Rafael Correa le restó trascendencia y consideró que si bajan los ingresos por exportaciones de crudo, se harán ajustes presupuestarios sobre las obras contempladas en el país. Para Luis Oliveros, la economía ecuatoriana "funciona bien, están dolarizados y hay pragmatismo en el manejo de las finanzas".