La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) anunció que va a derogar una regulación ambiental establecida por el gobierno de Barack Obama que buscaba limitar las filtraciones de metano en los pozos de extracción y en los gaseoductos.
Con este anuncio el gobierno de Donald Trump busca profundizar en la desregulación ambiental, después de los cambios introducidos este mes en la ley de especies en peligro, pese a que esta reforma no generaba unanimidad en la industria petrolera y gasífera.
Al igual que el dióxido de carbono, el metano es uno de los gases del efecto invernadero que contribuye al cambio climático global.
"La propuesta de la EPA cumple con la orden ejecutiva del presidente Trump y elimina las cargas regulatorias innecesarias y duplicadas que pesan sobre la industria del petróleo y del gas", dijo el director de la agencia Andrew Wheeler, un exejecutivo que formaba parte de los grupos de presión de la industria de los combustibles fósiles.
"El gobierno de Trump reconoce que el metano es muy valioso y que la industria tiene un incentivo para minimizar las filtraciones y maximizar su uso", dijo.
Esta derogación no será efectiva de forma inmediata ya que para cualquier cambio de este tipo es obligatorio establecer un periodo de debate para ajustar la nueva norma a comentarios de distintos grupos, por lo que probablemente la nueva ley entraría en vigor el próximo año.
Según EPA esta desregulación podría ahorrar a la industria entre 17 y 19 millones de dólares al año y un total de entre 97 y 123 millones de dólares entre 2019 y 2025.
Sin embargo, gigantes de la industria como las petroleras BP, Exxon Mobil y Royal Dutch Shell, hicieron un llamado para que se mantuvieran las leyes actuales.
"La administración Trump está nuevamente poniendo los intereses de la industria sobre las personas y la salud pública al eliminar estos estándares de emisión que tienen sentido. La reversión solo exacerbaría aún más una crisis climática que ya está cerca de un punto sin retorno", dijo en un comunicado Tim Ballo, abogado de la organización ambientalista Earthjustice.
La diferencia entre el dióxido de carbono y el metano está en su potencia para atrapar el calor. En el caso del metano es entre 84 y 87 veces más potente que el dióxido de carbono en un periodo de 20 años.