La administración de Donald Trump impuso nuevas sanciones al sector petrolero de Irán, incluidas las ventas a Siria y Venezuela.
El gobierno de Estados Unidos ha impuesto desde 2018 amplias sanciones destinadas a poner fin a todas las exportaciones de petróleo de Irán, castigando a cualquier país que adquiera el producto a su rival.
Bajo nuevas medidas, la administración dijo que estaba designando a la Compañía Nacional de Petróleo de Irán, el Ministerio de Petróleo de Irán y la Compañía Nacional de Cisterna Iraní en una lista de la autoridad antiterrorista, lo que significa que cualquier futuro gobierno deberá tomar medidas legales para revertirlo.
El Departamento del Tesoro emitió las sanciones vinculando a las tres entidades con la Guardia Revolucionaria iraní, que ya ha sido designada como organización terrorista por Estados Unidos y cuyo comandante Qasem Soleimani murió en un ataque estadounidense en el aeropuerto de Bagdad en enero.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que las sanciones deberían enviar una advertencia a “los pocos compradores restantes de petróleo crudo iraní”.
“Estas designaciones son un paso importante en la campaña de máxima presión para limitar la capacidad del régimen iraní de amenazar a sus vecinos y desestabilizar el Medio Oriente”, dijo en un comunicado.
El ministro de Petróleo iraní, Bijan Zanganeh, denunció las sanciones como una “reacción pasiva al fracaso de la política de Washington de reducir a cero las exportaciones de crudo (de Irán)”.
“No tengo activos fuera de Irán para estar sujeto a las sanciones. Sacrificaría mi vida, pertenencias y reputación por Irán”, escribió en Twitter Zanganeh, quien también fue sancionado personalmente.
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, llamó en Twitter a Estados Unidos un “#SanctionAddict” (adicto a las sanciones, en inglés).
Si Trump pierde las elecciones del 3 de noviembre, las sanciones podrían estar entre sus últimas andanadas contra los líderes de Irán.
Biden, quien lidera las encuestas, apoya la diplomacia con Irán y respaldó un acuerdo negociado bajo la administración de Barack Obama, en virtud del cual Teherán recortó drásticamente su actividad nuclear a cambio de promesas de alivio de las sanciones.