Los países productores de petróleo en Medio Oriente están capeando el descenso en los precios del petróleo, aunque los gobiernos deben hacer más reformas, indicó el responsable para Medio Oriente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La institución publicó un nuevo reporte mostrando un débil crecimiento económico en la región.
La economía iraní superó las expectativas al crecer un 4,5 por ciento este año y podría mantener ese ritmo si logra modernizar sus industrias y admite más inversión extranjera tras su acuerdo nuclear con potencias internacionales, señaló Masood Ahmed en una entrevista con AP.
Buena parte del nuevo informe del FMI sobre las previsiones económicas para la región no será una sorpresa para los que viven allí, ya que los precios del crudo se han reducido a la mitad desde los máximos de más de 100 dólares el barril a mediados de 2014.
Todos los países del golfo Pérsico han reducido los generosos subsidios que mantienen bajo el precio de la gasolina, mientras que algunos han reorganizado agencias oficiales y detenido proyectos de construcción.
Se espera que los precios se mantengan bajos, y el FMI espera que el crecimiento en los estados de la zona ronde el 1,7 por ciento este año, con "una pequeña mejora" regional en 2017. La institución sugiere que sólo Irak, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos podrían ver superávits presupuestarios para 2021, mientras la guerra contra el grupo extremista Estado Islámico, la guerra civil en Yemen y el conflicto Sirio siguen debilitando la confianza en la región.
"Algunos países como Arabia Saudita, Bahrein y Omán parten de una posición en la que tienen que hacer más ajustes para poder equilibrar su presupuesto en cinco años", explicó Ahmed en una entrevista. "Todos tienen políticas que han articulado que les ayudarán a alcanzarlo, pero implicará decisiones difíciles".
Entre esas decisiones difíciles está recortar empleos y salarios del sector público en Arabia Saudita y Omán, señaló.
Por su parte, la economía iraní ha seguido aumentando su producción de petróleo a niveles cercanos a los registrados antes de las sanciones occidentales impuestas por su polémico programa nuclear. Irán tendrá que modernizar su sistema bancario y su industria manufacturera, además de permitir inversión extranjera directa en el país, para seguir creciendo.
"El gran desafío para Irán es ¿puede sostener ese crecimiento del 4, 5 por ciento a medio plazo o es sólo un aumento puntual?", preguntó Ahmed. "Pueden, pero tienen que actuar para resolver algunas de las limitaciones de su economía".