En medio de cada vez más señales de desaceleración industrial en China, los datos de esta semana que muestran importaciones récord de petróleo y gas natural probablemente apuntan a un país en un pico de crecimiento de la demanda de energía con una sed que se apaga a medida que se profundiza la ralentización.
El consumo récord de China tanto de petróleo como de gas natural licuado (GNL) en 2018 consolidó su estatus como el mayor importador de crudo del mundo y el segundo de GNL.
Pero al comenzar este año, la guerra comercial de China con Estados Unidos está pasando factura.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el principal planificador económico de China, advirtió de que la presión económica afectará al mercado laboral.
El anunció se conoce un día después de que datos mostraron un aumento del desempleo y que el crecimiento en la segunda economía más grande del mundo se enfrió a su ritmo más lento en 28 años en 2018.
"La preocupaciones por la guerra comercial han reducido las expectativas de crecimiento global y con ello viene una menor demanda de energía", dijo Alfonso Esparza, analista senior de mercado de la corredora de futuros Oanda.
Bank of America Merrill Lynch dijo esta semana que esperaba "una desaceleración significativa en el crecimiento" tanto de la economía de China como de la demanda de energía para 2019.
Pocos analistas esperan una recesión total en China este año. Sin embargo, en medio de señales de desaceleración en la actividad de las fábricas que comenzaron a afectar la demanda de gas natural en el cuarto trimestre de 2018, los datos apuntan hacia una desaceleración.
Bank of America Merrill Lynch dijo esta semana que esperaba "una desaceleración significativa en el crecimiento" tanto de la economía de China como de la demanda por energía en 2019.
Pocos analistas esperan una recesión total en China este año, pero las señales de desaceleración de la actividad de las fábricas comenzaron a afectar la demanda de gas natural en el cuarto trimestre de 2018.
Los envíos de buques cisterna de GNL a China llegarían a poco más de 5 millones de toneladas en enero, en comparación con las 6,4 millones de toneladas de diciembre, según datos de seguimiento de naves de Refinitiv, limitados no solo por temperaturas invernales más altas de lo habitual, sino también por la demanda industrial.
Los envíos de enero serían los más bajos en un año pese al programa de China para que millones de hogares y fábricas dejen de usar carbón contaminante para producir gas natural más limpio.
"La desaceleración económica (y) un enfoque más moderado sobre el cambio de carbón a gas (...) significará que la demanda de GNL se desacelerará en 2019", dijo en una nota este mes la consultora de energía Wood Mackenzie, pero crecerán "en torno al 20 por ciento, por lejos la mayor fuente de crecimiento de la demanda de GNL en el mercado global".