El G7 y sus aliados han dado carpetazo a las revisiones periódicas del régimen de precios máximos del petróleo ruso, según dijeron a Reuters fuentes familiarizadas con el asunto, a pesar de que la mayor parte del crudo ruso cotiza por encima del límite debido al repunte de los precios mundiales del crudo.
Los productores rusos han encontrado formas de vender petróleo utilizando menos buques y servicios de seguros occidentales, lo que dificulta a Occidente hacer cumplir el límite de precios vigente porque las empresas que facilitan el comercio están fuera de sus competencias.
Los países del Grupo de los Siete (G7), junto con la Unión Europea y Australia, impusieron el mecanismo de limitación de precios al petróleo ruso el pasado diciembre, seguido de un tope al combustible a partir de febrero. Inicialmente, los países de la UE acordaron revisar el tope de precios cada dos meses y ajustarlo en caso necesario, mientras que el G7 lo revisaría "según proceda", incluida "la aplicación y el cumplimiento".
Sin embargo, el G7 no ha revisado el tope desde marzo, y cuatro fuentes familiarizadas con las políticas del G7 dijeron que el grupo no tenía planes inmediatos de estudiar un ajuste del sistema.
"Hubo algunas conversaciones en junio o julio para hacer una revisión, o al menos hablar de ello, pero nunca ocurrió formalmente", dijo una fuente diplomática.
Las fuentes señalaron que, aunque algunos países de la UE eran partidarios de una revisión, Estados Unidos y los miembros del G7 estaban poco dispuestos a introducir cambios.
La próxima Asamblea General de la ONU, que se celebrará a finales de mes, podría servir de plataforma informal para las conversaciones sobre el límite.
El mecanismo permite a terceros países comprar combustible ruso utilizando el seguro de buques occidentales si hay pruebas de que la compra no supera los límites de precio de 60 dólares por barril de crudo, 45 dólares por barril de combustible pesado y 100 dólares por barril de combustible ligero, como gasolina y gasóleo.
La idea fue impulsada por Washington para recortar los ingresos de Moscú en medio de su guerra contra Ucrania y evitar al mismo tiempo perturbaciones del mercado como consecuencia de una prohibición de la UE al petróleo ruso.