Irán indicó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se opone a retrasar la próxima reunión del grupo de productores de petróleo de este mes, lo que dispuso el escenario para una confrontación con miembros del bloque, después de que las sanciones de Estados Unidos dejaran a Teherán bajo una presión económica sin precedentes.
Las reuniones formales de la OPEP a menudo están plagadas de hostilidad y riñas entre Irán y su archirrival Arabia Saudita, el líder de facto del grupo y el mayor exportador mundial de crudo.
La última vez que el cártel petrolero no pudo llegar a un acuerdo sobre la estrategia de producción fue en 2016, cuando Irán insistió en elevar sus suministros exportables tras el levantamiento de sanciones occidentales en su contra.
Estados Unidos reactivó las sanciones contra Irán el año pasado, y como resultado, las exportaciones de petróleo de la nación islámica se han derrumbado hasta alcanzar apenas una fracción de sus niveles normales.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha exigido reiteradamente que Arabia Saudita compense la caída de los suministros iraníes elevando su propia producción, un acción que según Teherán socava el funcionamiento apropiado de la OPEP.
El ministro del Petróleo de Irán, Bijan Zanganeh, en una carta a la que Reuters tuvo acceso, dijo que no estaba de acuerdo con la propuesta de la OPEP de reagendar la próxima reunión del bloque para inicios de julio.
La OPEP tiene previsto congregarse el 25 de junio, un encuentro que estará seguido por negociaciones con sus aliados liderados por Rusia el 26 de junio. Sin embargo, Moscú sugirió aplazar la reunión al 3 y 4 de julio y Riad respalda el pedido, dijeron a Reuters fuentes dentro de la organización.