Los grupos petroleros japoneses se disponen a interrumpir la importación de crudo iraní, ya que Japón teme las represalias estadounidenses si sigue manteniendo relaciones comerciales con Teherán, indicaron varios medios japoneses.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió en mayo que su país abandonaría el acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado por Teherán y las grandes potencias en 2015, en el que la República Islámica se comprometió a no intentar lograr el arma atómica.
Esa retirada vino acompañada del restablecimiento por Washington de sus sanciones a Irán. Las medidas estadounidenses habían quedado suspendidas en virtud del acuerdo internacional.
Las primeras sanciones estadounidenses, tomadas a primeros de agosto, irán seguidas de nuevas medidas en noviembre que afectarán al sector petrolero y gasístico, clave para la economía iraní.
El gobierno japonés intentó negociar una excepción para poder seguir comprando petróleo iraní, pero, según los medios japoneses, Estados Unidos se negó a ello y Tokio tiene pocas posibilidades de imponer su voluntad.
Por tanto, aunque afirman no haber tomado aún una decisión al respecto, las empresas japonesas están intentando aumentar las cantidades importadas desde otros países para poder dejar de comprar petróleo iraní, que representa el 5,3% del total importado.