La pandemia de COVID-19 y una transición más rápida a fuentes de energía renovable tendrán un impacto permanente en la demanda global de petróleo, proyectó Rystad Energy, la mayor consultora independiente de Noruega.
La demanda global posiblemente alcanzará su máximo en 2028 a 102 millones de barriles por día de petróleo, una baja respecto a la estimación previa a la pandemia de un máximo de 106 millones de bpd en 2030, dijo Rystad.
El nuevo pronóstico asume que la participación del petróleo en varios sectores de la economía global cambiará en línea con la meta de los gobiernos de avanzar hacia un futuro con menos emisiones de carbono, como dar prioridad al transporte eléctrico, dijo la consultora.
En 2020, el coronavirus probablemente reducirá la demanda mundial a 89,3 millones de barriles por día desde 99,6 millones en 2019, antes de una recuperación parcial a 94,8 millones de barriles diarios el próximo año y a alrededor de 100 millones de barriles diarios en 2023, dijo Rystad, con sede en Oslo.
“La lenta recuperación afectará permanentemente los niveles de demanda mundial de petróleo”, sostuvo.
Si bien las cuarentenas frenarán la recuperación económica a corto plazo, predijo Rystad, la pandemia también dejará un legado de cambios de comportamiento que afectarán el uso del petróleo, lo que contribuirá a una disminución de la demanda para 2050 a alrededor de 62 millones de barriles diarios.