La demanda global de petróleo se apresta a subir en el corto plazo gracias a que la capacidad de refinación está por alcanzar un máximo histórico, aunque el aumento podría no sostenerse debido a los elevados suministros que llegan al mercado, erosionando los márgenes de ganancias.
Datos de Thomson Reuters Eikon muestran que la capacidad global disponible para refinar petróleo y convertirlo en combustibles como gasolina o diésel llegará a 101,8 millones de barriles por día en agosto, un techo histórico, desde cerca de 97,25 millones registrados en marzo.
De este nivel de capacidad, entre 80 millones y 85 millones de barriles por día serán utilizados durante los meses de verano en el Hemisferio Norte, según estimaciones de varias refinerías y operadores de la industria, lo que elevará la demanda de crudo e impulsará los precios en el mercado internacional.
"Buena parte de las compras (de crudo) por eso (la demanda de las refinerías) está en proceso de concretarse en este momento. Es una señal del repunte estacional", dijo Virendra Chauhan de la consultora Energy Aspects.
El incremento de la actividad de refinación se está dando justo en momentos en que se están detectando interrupciones en la producción por asuntos como un incendio forestal en Canadá, ataques a la industria de crudo de Nigeria y menor extracción en Estados Unidos, Venezuela y Asia, todos factores que están ajustando los suministros globales.
Puesto que las interrupciones representan 2,5 millones de barriles diarios menos en suministros, la producción global de crudo posiblemente se ubicará bajo los 95 millones de barriles de crudo por día y las petroleras deberán cumplir con la demanda de refinación que se sumará a las compras previstas para mantener inventarios, como las reservas estratégicas de China e India.
De todas formas, el incremento de la actividad refinera podría no sostenerse, ya que la capacidad de reserva, la diferencia entre la capacidad disponible y la instalada, se apresta a caer bajo medio millón de bpd, el nivel más ajustado desde el 2013, de acuerdo a los datos.
Además, a medida que las refinerías procesan más crudo en combustible de lo que los consumidores pueden absorber, finalmente tendrán que reducir sus compras, lo que disminuirá la demanda de petróleo y afectará los precios.