El barril de petróleo superó esta semana los 70 dólares por primera vez desde 2014 ante el optimismo de los inversores a que los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) predominarán en el mercado este año.
Sin embargo, algunos operadores advierten que Asia -la región que más crudo consume- muestra señales de una inminente corrección a la baja.
Los precios del Brent han subido más de un 50 por ciento desde mediados de 2017 y esta semana llegaron a los 70 dólares por primera vez desde diciembre de 2014. Los precios promedio por el crudo físico de Asia también superaron los 70 dólares el barril en enero.
Los operadores aseguran que una corrección se debería a que la oferta de refinados sigue siendo amplia. En los últimos tres años, las refinerías tuvieron ganancias altas por un crudo relativamente barato, que se usa para hacer combustibles como el diésel o la gasolina.
Como resultado, las refinerías de Asia procesaron la inédita cifra de 23 millones de barriles por día de crudo a fines de 2017. China -por lejos el mayor consumidor de crudo de la región- produce tanto combustible que sus refinerías se han volcado a exportar para tratar de encontrar compradores, y sus compras de crudo podrían caer.
Las exportaciones chinas de diésel crecieron casi un 3.000 por ciento desde comienzos de 2015, a un récord de más de 2 millones de toneladas en diciembre. Sus envíos de gasolina se incrementaron un 365 por ciento desde comienzos de 2015, a más de un millón de toneladas en diciembre.
Esta semana, los márgenes de refino de Singapur, que actúa como referencial de Asia, bajaron 90 por ciento desde sus máximos de 2017, a menos de 6 dólares por barril, un mínimo estacional en cinco años.
El foco del mercado de crudo ha estado puesto hasta ahora en señales de una merma de la oferta por los recortes de producción liderados por la OPEP y Rusia, que tienen como objetivo apuntalar los precios.
Con un consumo global de petróleo fuerte por el saludable crecimiento de la economía mundial, el ánimo de los inversores se ha mantenido positivo.
Sin embargo, otra señal bajista surge de la producción de petróleo en Estados Unidos, cuyo crecimiento está amenazando con frustrar los esfuerzos de la OPEP para reducir la oferta de crudo.
Pese a una reciente caída debida al frío extremo, la producción estadounidense de crudo superaría pronto los 10 millones de barriles diarios -en gran parte gracias a la producción de esquisto- lo que la pondría a niveles similares de Arabia Saudita y Rusia.