A lo largo de este año, las compañías petroleras que explotaron el shale de Estados Unidos hicieron todo lo posible para lidiar con los precios del petróleo en 50 dólares, desde una ola de despidos hasta la aplicación de tecnología de punta en las principales plataformas para obtener todo el crudo posible de cada pozo.
A diferencia de lo esperado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), o más precisamente Arabia Saudita, quien guió al cártel a defender su cuota del mercado, estos métodos tuvieron un buen impacto en el mercado del petróleo estadounidense en medio de la crisis.
Sin embargo, el problema es que el precio del barril ya no se encuentra en 50 dólares, sino que ha rozado mínimos de hace 11 años, y se mantiene en 36 dólares.
Según alertó R.T. Dukes, analista de Wood Mackenzie, las perforadoras “no están preparados para sobrevivir con un crudo en 30 dólares”.
La Administración de Información de Energía (EIA por su sigla en inglés) prevé que las compañías que se encuentran trabajando en las formaciones de esquisto en Estados Unidos recortarán su producción en un récord de 570.000 barriles de petróleo por día en 2016. Este es justamente lo que quiere la OPEP, que se encuentra actualmente colmando al mundo de crudo, generando un fuerte desplome de precios y presionando a los productores de altos costos, indicó World Oil.
Compañías perforadoras como Samson Resources Corp y Magnum Hunter Resources Corp ya se han declarado en bancarrota, y analistas aseguran que este tipo de situaciones podría incrementarse.
Incluso una intensa caída en la producción de Estados Unidos podría no ser suficiente para que la sobreoferta de petróleo en el mundo baje, según la Agencia Internacional de Energía (IEA por su sigla en inglés).