La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se mantiene atento a la reciente inestabilidad en Irán y la crisis económica en Venezuela, aunque se estima que el grupo petrolero sólo impulsará su producción si hay interrupciones significativas y sostenidas en el suministro de esos países.
Los problemas económicos de Venezuela golpean la producción de crudo del país, que se encuentra cerca de mínimos de 30 años, mientras que por el momento el bombeo de Irán no ha sido afectado por la ola de protestas en contra del Gobierno.
Por su parte, operadores dijeron que las tensiones políticas en Irán, el tercer productor más grande de la OPEP, presionaron los precios al alza.
Arabia Saudita, líder de facto del cártel petrolero, quiere que los precios se sitúen por encima de los 60 dólares por barril, para impulsar la valoración de la compañía petrolera estatal Aramco antes de la oferta pública inicial (OPI) que lanzará este año y para reducir la brecha en su presupuesto estatal, señalaron fuentes del reino.
"Incluso si hubiera una interrupción de suministro (en Irán o Venezuela) ... la OPEP no subirá la producción", indicó la fuente de alto rango, procedente de un destacado país productor petrolero de Oriente Medio. "La política de la OPEP pretende reducir los inventarios a sus niveles normales y mantener el curso, a no ser que persistiera durante más de un mes una interrupción de suministro de algo así como un millón de barriles por día, provocando escasez para los consumidores", agregó.