En el marco del Foro Económico Mundial en Davos, productores petroleros estadounidenses buscaron aliviar la inquietud de la OPEP sobre la acelerada pérdida de cuota de mercado del bloque, diciendo que sus inversores querían una reducción del crecimiento y pagos más altos.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y aliados del grupo han ido bajando su bombeo para apoyar los precios. Pero ese esfuerzo se ha visto debilitado por una mayor actividad en Estados Unidos, que con casi 12 millones de barriles de petróleo por día es el mayor productor de crudo, por encima de Rusia y Arabia Saudita.
Ejecutivos de las petroleras estadounidenses Occidental Petroleum y Hess Corp participaron de un panel con el secretario general de la OPEP, en el que afirmaron que veían menores tasas de crecimiento del crudo de esquisto.
“Me parece que esta vez no entrarán tantos fondos a la cuenca de Permian”, comentó Vicki Hollub, presidenta ejecutiva de Occidental. “Creo que los inversores le pedirán cuentas a las empresas por los retornos y mucho de eso no se dio antes”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha fustigado varias veces a la OPEP, acusándola de manipular los precios y el año pasado exigió varias veces que bajara los valores del barril.
El secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo, afirmó que el grupo quería un equilibrio entre la oferta y la demanda y que había ayudado a Estados Unidos, rescatando a su industria petrolera de precios ultrabajos por el combustible.
“La industria petrolera está bajo asedio a nivel global”, declaró Barkindo, agregando que la OPEP quería hablar más seguido con los productores de Estados Unidos, con el fin de entender mejor esa industria, aun si ellos no podían participar en ninguna de las iniciativas de recorte al bombeo del bloque.
En respuesta, John Hess, fundador y presidente ejecutivo de Hess Corp, aseveró que “la OPEP tiene un rol muy importante en la estabilización del mercado y se tienen que reconocer sus esfuerzos”.
Fatih Birol, jefe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), que representa a las naciones industrializadas, apuntó a que la mayoría de los pronósticos seguían subestimando el crecimiento de la producción petrolera estadounidense.