La recuperación de los precios del crudo, que se acerca a los 75 dólares el barril, favorece automáticamente a las grandes compañías del sector, aunque las petroleras siguen siendo prudentes y sólo invierten en nuevos proyectos a cuentagotas, apuntan los analistas.
Como demuestran sus últimos resultados trimestrales, los gigantes del petróleo obtuvieron grandes beneficios, en particular desde finales de 2016 gracias al precio del barril al alza, con un Brent que ha alcanzado los 57 dólares comparados con los 27 de mediados de enero de ese año.
Pero estas compañías, que no se esperaban la fuerte caída de 2014, no quieren todavía dar por sentada la recuperación de precios, sujetos a una "volatilidad enorme", dijo recientemente el consejero delegado de Total, Patrick Pouyanné.
En los últimos meses, la cotización del petróleo se ha visto afectada por los problemas de producción en Libia, Venezuela e Irán. Y la virulenta amenaza de Donald Trump contra este último país podría sacudir de nuevo los mercados.
En este contexto de incertidumbre, "las empresas reaccionan a la subida de precios con la voluntad ante todo de recompensar a sus accionistas, aumentando los dividendos y recomprando acciones", dice a la AFP Readul Islam, de la consultora noruega Rystad Energy.
Sin embargo sólo invierten con cuentagotas.
Según cifras del IFPEN, las inversiones en exploración y producción en el mundo llegaron a 700.000 millones de dólares en 2014 y luego empezaron a caer. Este año solo alcanzarán 400.000 millones de dólares, según el instituto francés.
La prudencia en la inversión preocupa a la Agencia Internacional de la Energía (IEA) que reclama regularmente aumentar las inversiones en el sector petrolero.
A largo plazo, la IEA teme que, si no se crean nuevos campos petrolíferos, la oferta no esté a la altura de la demanda, liderada por China.