Los precios del crudo registraban su caída diaria más pronunciada desde julio, ya que una nueva variante del COVID-19 asustaba a los inversores y se sumaba a las preocupaciones por un superávit de oferta que podría aumentar en el primer trimestre.
El petróleo se desplomaba junto a las bolsas mundiales por temor a que la variante, que Reino Unido dijo que los científicos consideran como la más significativa encontrada hasta la fecha, podría restringir los viajes y frenar el crecimiento económico y la demanda de combustible.
A principio de la jornada, el crudo Brent se desplomaba 4,44 dólares a 77,87 dólares el barril, mientras que el West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) perdía 4,93 dólares a 73,43 dólares el barril, tras tocar un mínimo de dos meses durante la sesión. El jueves no se negoció el WTI por la festividad del Día de Acción de Gracias.
Los inversores también estaban atentos a la respuesta de China a la liberación estadounidense de millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas en coordinación con otras grandes naciones consumidoras, en el marco de una iniciativa para enfriar los precios.
Es probable que una liberación de esta naturaleza aumente los suministros en los próximos meses, dijo una fuente de la OPEP, basándose en los hallazgos de un panel de expertos que asesora a los ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
La producción iraní también estaba en el centro de atención, ya que el lunes se reanudarán las conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos sobre la reactivación de un acuerdo nuclear de 2015 que podría llevar al levantamiento de las sanciones estadounidenses a las exportaciones de petróleo de Teherán.