La segunda fase del Gasoducto Néstor Kirchner, diseñada para aumentar la capacidad de transporte desde Vaca Muerta, podría experimentar un cambio completo en su ruta planificada. En lugar de la trayectoria inicial de Salliqueló (Buenos Aires) a San Jerónimo (Santa Fe), se evaluaría la opción de una nueva ruta que va de Chacharramendi (La Pampa) a La Carlota (Córdoba), formando una estructura en "Y" que, según técnicos gubernamentales, mejoraría la operatividad del sistema.
Aunque el proyecto y las ciudades de inicio y fin aún no están definidos, la propuesta gana impulso debido a que reduciría los costos de inversión, simplificaría la construcción y proporcionaría diversos beneficios al transporte de gas.
Según fuentes oficiales citadas por Forbes y tras una publicación en La Política Online, el rediseño de la traza considera varios factores clave. En primer lugar, la conexión con el nodo La Carlota optimizaría el funcionamiento del sistema al aprovechar mejor la reciente reversión del Gasoducto Norte, lo que permitiría utilizar un tramo ocioso hasta San Jerónimo del Gasoducto Centro Oeste.
En segundo lugar, esta modificación facilitaría la futura expansión del Gasoducto Norte, mejorando la logística de exportación al abastecer de manera directa a uno de sus puntos clave, complementando al sistema Centro-Oeste.
El trazado en "Y" entre Chacharramendi y Salliqueló, de aproximadamente 300 km, también se alinea mejor con la expansión planteada por TGS en el marco del RIGI, brindando una mayor seguridad de abastecimiento al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) al dividir el flujo de gas entre los sistemas norte y sur.
Se proyecta que, con las compresoras adecuadas, la capacidad de la ruta sur alcanzará unos 35 millones de metros cúbicos diarios, mientras que la ruta norte podría comenzar con 20 MMm3/d y ampliarse hasta 40 MMm3/d con compresión futura.
Este gas adicional no solo serviría para reducir las importaciones de combustibles líquidos, energía eléctrica y gas natural, sino que también se orientaría a satisfacer la demanda regional, requiriendo obras adicionales tanto en el Gasoducto Norte (a través de mayor compresión) como mediante conexiones con el sur de Brasil o rutas hacia Paraguay.
Actualmente, se están discutiendo los ajustes con empresas privadas interesadas en financiar el proyecto, y el objetivo es mantener la licitación prevista para finales de 2024, según lo prometido por el secretario Eduardo Rodríguez Chirillo.