Dos años tras el peor desplome del precio del petróleo en una generación, los productores independientes estadounidenses de mediano y gran tamaño sobreviven e incluso atisban crecer de nuevo, con el barril acercándose ahora a los 50 dólares y frustrando con su resistencia a la OPEP y a Arabia Saudita.
Que gigantes de los hidrocarburos no convencionales como Hess Corp, Apache Corp y otras 25 empresas repeliesen el intento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de marginarles, habría sido impensable hace tan sólo unos meses, cuando el petróleo se hundió a 26 dólares y se temían quiebras.
Para recuperar cuota de mercado, la OPEP siguió bombeando petróleo a finales de 2014, a pesar del exceso de oferta mundial. El objetivo era hacer bajar más los precios para echar del mercado a los productores con mayores costos, y el petróleo de esquisto era considerado como especialmente vulnerable.
El sufrimiento fue grande. Los ingresos del sector cayeron más del 30 por ciento interanual en 2015, el número de plataformas de perforación cayó más del 70 por ciento respecto a cuando el petróleo estaba aún por encima de los 100 dólares por barril, y decenas de pequeños productores se declararon en quiebra.
Pero hasta ahora no ha quebrado ningún grupo estadounidense con producción superior a los 100.000 barriles de petróleo diarios. La supervivencia de estos grandes productores explica por qué la producción total de Estados Unidos sólo ha bajado un 10 por ciento desde el máximo de 9,69 millones de barriles diarios.
Su agilidad -que requirió recortar a la mitad los costes y redoblar los esfuerzos para mejorar las técnicas y extraer más crudo de cada nuevo pozo- está permitiendo a la industria, con cautela, centrarse de nuevo en el crecimiento.
Pero esta vez, los productores estadounidenses dicen que se concentrarán en los retornos de capital, tras abandonar la cultura de maximizar la producción con independencia de los costes.
La OPEP y Arabia Saudita "pensaron que se produciría una gran capitulación y daños en los productores de esquisto como resultado del profundo declive", dijo Les Csorba, consultor de Heidrick & Struggles. "Pero se creó un nuevo paradigma entre los productores estadounidenses para transformar sus negocios".
La actividad compradora se ha incrementado notablemente en las últimas semanas. Devon Energy Corp encontró compradores para activos no estratégicos por más de 2.000 millones de dólares. La compañía está empleando parte de ese efectivo para impulsar su presupuesto inversor en 200 millones de dólares.
La visión de consenso del sector es que los costes de los servicios petrolíferos -del fracking y parecidos- podrían subir de la mano del precio del crudo, aunque los avances punteros en tecnologías de arena, perforación y química deberían quedarse.
"El progreso real para nosotros ha sido en la parte del costo", dijo John Christmann, presidente ejecutivo de Apache. "Planeamos mantener un enfoque metódico en el ciclo con el acento en las rentabilidades".
Los precios del petróleo en Estados Unidos han recuperado casi de la mitad de sus pérdidas respecto a los máximos de mediados de 2014, casi duplicándose desde los mínimos de 13 años marcados en febrero hasta superar los 51 dólares a principios de junio.
Hace un año los precios del barril tocaron precios similares antes de hundirse, pero los ejecutivos del sector confían ahora en que la historia no se repita.