Las refinerías rusas están intensificando su procesamiento de petróleo crudo con el objetivo de incrementar las exportaciones de combustible. Esta medida surge tras la imposición de nuevas sanciones estadounidenses a los petroleros y comerciantes rusos, lo que ha complicado la exportación de crudo sin procesar, según informa Reuters.
Desde 2022, Rusia ha venido desarrollando estrategias para adaptarse a las sanciones occidentales, impuestas como respuesta a la invasión de Ucrania. Estas estrategias abarcan la adquisición de una nueva flota, la reorientación de las exportaciones de petróleo de Europa hacia Asia y la búsqueda de nuevos clientes para combustibles en regiones como África y América Latina.
Se registró un notable aumento en la actividad de refinación entre el 15 y el 19 de enero, con un incremento del 2%, equivalente a 108.000 barriles, alcanzando las 754.800 toneladas métricas diarias.