Un pacto de tres años entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia terminó después de que Moscú se negó a apoyar recortes más profundos a la producción para enfrentar el brote de un nuevo coronavirus, y el grupo respondió levantando los límites a su bombeo.
Los precios del petróleo se hundieron un 10 por ciento debido a que el hecho revivió los temores de un desplome de los precios como el de 2014, cuando Arabia Saudita y Rusia peleaban por cuota de mercado con los productores de esquisto de Estados Unidos, que nunca se han sumado a los acuerdos que limitan el bombeo.
El Brent ha perdido casi un tercio de su valor este año y se desplomó hasta los 45 dólares por barril, su menor nivel desde 2017. Esta situación añade tensión a las naciones dependientes del crudo, así como a muchas compañías de esquisto estadounidenses y energéticas en general, mientras la economía global se tambalea por el brote del coronavirus.
"Desde el 1 de abril ni la OPEP ni los productores no OPEP tienen restricciones", dijo a periodistas el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, después de una maratónicas negociaciones en la sede del cartel en Viena.
Ante la pregunta de si Arabia Saudita tenía planes de aumentar su producción, el ministro de Energía Abdulaziz bin Salman respondió "los dejaré con la duda".
El fracaso de las negociaciones podría tener consecuencias de amplio alcance, debido a que Arabia Saudita -líder de facto de la OPEP- y Rusia han utilizado las negociaciones petroleras para construir una sociedad política mayor en los últimos años, luego de respaldar bandos apuestos en la guerra en Siria.
Más allá de los lazos entre Moscú y Riad, el desplome de los precios del crudo presionará a los productores de esquisto de Estados Unidos, cuyos costos de producción son mucho más altos que los de Rusia y Arabia Saudita, a pesar de que muchos de ellos tienen coberturas contra las caídas de la cotización.
Las negociaciones de la OPEP+ colapsaron después de que la OPEP presentó un ultimátum a Rusia el jueves, en el que planteó que Moscú debía aceptar un pacto con recortes mucho más grandes que lo esperado o no habría ningún acuerdo.
Moscú rechazó la propuesta el viernes, diciendo que solo estaba dispuesta a extender los recortes existentes de 2,1 millones de barriles diarios de la alianza OPEP+, que debían expirar a fines de marzo. Pero en respuesta, la OPEP se negó incluso a extender esos recortes.