El alza sostenida de los precios del crudo permitió el acceso al mercado petrolero de yacimientos o áreas que hasta ese momento estaban fuera del mismo.
Los precios altos hacían rentables algunos yacimientos con altos costos operativos y como las empresas disponían de importante cashflow, podían obtener los fondos necesarios para financiar proyectos que requerían altísimas inversiones.
La caída de precios, a su turno generará el efecto contrario, ya estamos viendo cómo las empresas suspenden proyectos que requieren fuertes inversiones o desactivan los que poseen altos costos operativos.
La industria petrolera se está “poniendo a dieta” y se prepara para los nuevos tiempos, al menos en el corto plazo.
¿Cuál es el consenso predominante en estos momentos? El dólar seguirá firme frente al euro, el yen u otras monedas. La baja de precios no parece que fuera a generar un aumento significativo de la demanda a corto plazo. La oferta que irá desapareciendo por la caída de precios está siendo compensada o cubierta por la OPEP.
Todo parece indicar, de momento, que Arabia Saudita acertó en sus decisiones como líder natural de la OPEP: la baja de precio serviría para “depurar” al mercado de la producción más cara y los productores más eficientes podrían ganar cuotas de mercado.
Si todo sigue como hasta ahora, cuando se revierta la curva de precios y veamos el siguiente ciclo alcista, quizás nos encontremos con una OPEP fortalecida. Habrá demostrado que tiene la capacidad para sacar del mercado a los productores caros y la capacidad de tomar su lugar.
Así, los miembros de la OPEP ganan, por razones obvias, con la suba del crudo y “ganan” ante una caída al fortalecer su posición relativa en el mercado.
Estados Unidos por su parte verá retrasada su posibilidad de autoabastecerse, (los proyectos mas caros no se harán o se postergarán), pero la caída del costo de la energía mejorará su competitividad y aumentará la capacidad de consumo de su población.
Europa bajará el costo de la energía y ello será un factor positivo para su alicaída economía.
China, India y Japón erogarán menos en energía y ello aumentará su competitividad y la capacidad de consumo de su población.
Mientras los analistas no se ponen de acuerdo en cuál sería el potencial "piso" para el crudo o sobre cuándo empezarían a rebotar los precios, ya empieza a perfilarse por dónde pasará la "depuración competitiva" que traerán aparejados estos movimientos en los precios de la energía.