Irán sigue dando pasos en su proyecto de exportar desde otros puntos aparte del Golfo, como un puerto en el mar de Omán, según una información oficial divulgada esta semana.
La Compañía Nacional Iraní de Petróleo (NIOC) firmó un contrato con tres empresas locales por cerca de 48 millones de euros para el abastecimiento de 50 electrobombas para el proyecto del oleoducto entre la región de Bushehr, en el Golfo, y Bandar e Jask, al otro lado del estrecho de Ormuz, indicó la agencia Shana.
"La construcción de la tubería Goreh-Jask y de la terminal de exportación de crudo en el puerto de Jask figuran entre los proyectos prioritarios" de la NIOC, recordó Shana, agencia oficial del ministerio del Petróleo.
La obra, "de unos 1.000 km" de largo, permitirá abastecer de petróleo Goreh, en la provincia de Bushehr, hasta Jask, que se de este modo revestirá "una importancia estratégica para el país", añadió la agencia.
Según la agencia oficial iraní Irna, las primeras exportaciones de crudo desde Jask deberían llevarse a cabo antes de "18 meses".
En septiembre de 2018, el presidente iraní, Hasan Rohani, indicó que su país había decidido expedir "la mayoría" de sus exportaciones de petróleo desde Jask en lugar de hacerlo casi exclusivamente de la terminal petrolera de la isla de Jarg, al noreste de Bushehr.
En ese momento, dijo que el proyecto se pondría en marcha antes de que termine su mandato, es decir, en el verano (boreal) de 2021.
Para llegar a la isla de Jarg, en el Golfo, los petroleros tienen que pasar por el estrecho de Ormuz -por donde pasan la mayor parte de las exportaciones de petróleo del Golfo-, lo que puede prolongar varios días los plazos de entrega respecto a un cargamento en el mar de Omán.
Irán, que se considera guardián histórico del Golfo, amenazó en varias ocasiones con bloquear el estrecho de Ormuz -que utiliza sobre todo su gran rival regional, Arabia Saudita- si Estados Unidos lleva a cabo una acción militar en la zona.
Washington y Teherán rozaron un conflicto armado directo en junio, en el marco de una escalada militar en el Golfo y de las tensiones entre ambas capitales desde que, en mayo de 2018, Estados Unidos denunciara y abandonara unilateralmente el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní de 2015, a lo que siguió el restablecimiento de las sanciones para impedir que Irán exporte petróleo, estrangulando su economía.
Las tensiones se avivaron después de que Washington, Riad, Berlín, Londres y París acusaran a Teherán de los ataques que dañaron infraestructuras petroleras saudíes el 14 de septiembre, y que reivindicaron los rebeldes hutíes chiitas de Yemen.